Patologías

Accidente cerebrovascular (ACV)

El accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se detiene y éste deja de recibir nutrientes y oxígeno. Como consecuencia, las células cerebrales pueden morir, causando un daño permanente.

La atención temprana, durante las primeras horas, es fundamental para disminuir el daño y las posibles secuelas. El objetivo del tratamiento después de un ACV es ayudar al paciente a recuperar la mayor funcionalidad posible y a prevenir accidentes cerebrovasculares futuros. Para esto se requiere de un programa de rehabilitación interdisciplinaria que atienda tanto los aspectos motores como los relacionados con el habla, los trastornos visuales, las actividades de la vida diaria y las secuelas incapacitantes.

El equipo debe incluir fisioterapeutas, neuropsicólogos, fonoaudiólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, médico fisiatra, psiquiatra y neurólogo.

Lesión medular

El origen de la lesión puede ser un traumatismo, una enfermedad o congénito. Cuando la médula es dañada de forma permanente, el deterioro depende de la zona de la lesión. Por encima de ella, todo funciona con normalidad; por debajo, se interrumpe la comunicación con el cerebro.

En la actualidad, las consecuencias de una lesión medular son irreversibles ya que la médula espinal no se regenera y su compleja estructura es imposible de reparar con las técnicas existentes. Sin embargo, paulatinamente surgen innovaciones tecnológicas y en procedimientos quirúrgicos que aportan al progreso tanto en el pronóstico como en la calidad de vida de las personas afectadas. Tal es el caso de los avances que se han logrado en la rehabilitación integral del paciente en centros especializados que permite que el paciente pueda optimizar la recuperación de sus funciones, potenciar sus capacidades conservadas y adaptarse a sus limitaciones, con el objetivo de lograr la mayor autonomía posible.

Trastorno encéfalo-craneano (TEC)

El traumatismo encéfalo craneano es la alteración en la función neurológica como consecuencia del golpe que produce una fuerza externa. El TEC se clasifica en leve, moderado o severo dependiendo del nivel de conciencia observada durante la evaluación inicial de quien lo padece. A través de la neurorehabilitación, el paciente puede optimizar la recuperación de sus funciones, potenciar sus capacidades conservadas y adaptarse a sus limitaciones, con el objetivo de lograr la mayor autonomía posible.

Quemaduras

La quemadura es considerada el trauma más grave que puede sufrir un ser vivo. La piel sana representa una barrera infranqueable para los microorganismos. Cuando el ser humano pierde esa protección a causa de una quemadura (química, eléctrica o biológica) permite la colonización, la infección y la invasión. Esto conduce a un cuadro séptico grave, con la consiguiente falla multiorgánica, que puede comprometer severamente la vida.

Los pacientes con quemaduras requieren no solo un tratamiento primario agudo, sino también una terapia de rehabilitación, reconstrucción y para manejo de secuelas a largo plazo. Esto implica el trabajo en conjunto de un equipo multidisciplinario para atender al paciente y contener a su familia.

Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)

La esclerosis lateral amiotrófica (también llamada enfermedad de Lou Gehrig) es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Se origina cuando las motoneuronas disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando una parálisis muscular progresiva.

En la actualidad no se dispone de fármacos efectivos que actúen en el curso de la enfermedad, pero sí que disminuyan los síntomas. El uso de dispositivos ortopédicos puede maximizar la función muscular y la salud en general, y la rehabilitación y la fisioterapia, con un equipo interdisciplinario de profesionales y desde las fases más tempranas de la enfermedad, mejora considerablemente la calidad de vida de los pacientes.

Síndrome Guillain-Barré

El síndrome Guillain-Barré es un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca parte del sistema nervioso por error. Hasta la fecha, no existe cura para el síndrome Guillain-Barré. El tratamiento consiste sobre todo en manejar y reducir los síntomas, tratar las complicaciones y acelerar la recuperación a través de dos procedimientos: la plasmaféresis, durante la cual se retiran los anticuerpos de la sangre, y la inmunoglobulina intravenosa, durante la cual los anticuerpos sanos bloquean los anticuerpos que causan la enfermedad.

Una vez que el paciente ha recibido el tratamiento apropiado y se han estabilizado las posibles complicaciones médicas de su condición, es imprescindible que realice un programa de rehabilitación en un centro especializado que trabaje sobre las funciones perdidas de manera interdisciplinaria.

Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica es una enfermedad pulmonar común que reduce el flujo de aire y causa problemas respiratorios. La EPOC no se cura, pero puede mejorar si no se fuma ni se está expuesto a aire contaminado, vacunándose para evitar infecciones y con fármacos, oxígeno y rehabilitación pulmonar.

La rehabilitación pulmonar funciona mejor si la inicia antes de que su enfermedad sea grave. Sin embargo, incluso las personas que tienen enfermedad pulmonar avanzada pueden beneficiarse de esta rehabilitación, logrando disminuir los síntomas, aumentando la capacidad de hacer ejercicio y facilitando las actividades diarias.